en 1986 sólo existían la primera y la segunda cadena... la UHF...
la televisión pública conservaba cierto glamor político... y los muchachos seguíamos con gran expectación todas las competiciones deportivas...
Roland Garros, Wimbledon, Vuelta, Giro, Tour, mundiales de atletismo, natación... el Mundial y los Juegos Olímpicos, que eran lo máximo...
tenía 17 años y no me olvidaré jamás... era una típica tarde de verano en Sevilla... el salón a media luz, media casa durmiendo la siesta y yo apoltronado en el sofá viendo el mundial de natación... si el Tour tiene propiedades somníferas, los saltos de trampolín poseen un poder hipnotizador... Madrid 86, final de palanca de 3 metros... nadie da crédito a lo que aparece en el marcador... Greg Louganis se dispone a saltar...
¡¡¡y lo hace!!!... el ángel... 101A, dificultad mínima, ejecución perfecta...
me incorporo en el sofá... me gusta hasta como sale de la piscina...
¿me estaré volviendo gay o argo de éso?, me pregunto... ¡qué ídolo!...
me aficioné al salto de trampolín... seguí la carrera de Louganis y dos años más tarde volví a disfrutar, más si cabe... de su accidentada e increíble victoria en Seúl 88, tras golpearse la cabeza en la ronda previa al realizar un 305C... episodio mítico de la historia gay... en 1994, Louganis declaró que en aquellos Juegos ya era portador del VIH y se le acusó de haber puesto en juego la vida de sus rivales... la sociedad de mediados de los 90's vivía aún en la caverna intereconómica... necesitaba una puntuación altísima para superar al chino en la plataforma...
dos saltadores habían muerto en los últimos años realizándolo...
3.4 dificultad máxima, el salto de la muerte... no one after him...
por aquellas fechas nada sabía de Ornamento y delito de Adolf Loos... y por increible que parezca, las revistas de decoración todavía no citaban el less is more de Mies... entendedme, nací en una ciudad barroca... aquello era muy fuerte para mí... la belleza de las cosas estaba únicamente en la bondad de su ejecución... es bella la naturaleza porque la creó Dios... para yemas buenas las de las monjas, los botos de Valverde, la albarca de Cantabria, las crocretas de Casa Ricardo... cosas simples o complejas pero de ejecución perfecta... así es el fútbol de Kanouté...
Con gran tristeza tengo que anunciaros la muerte de mi padre, Sara Kanouté. Que Dios le conceda el cielo.con estas simples y hermosas palabras, el jugador sevillista anunció ayer en su web la muerte de su padre, descanse en paz eterna...
De hecho, a Dios pertenecemos y a Él volvemos.

mi voto para el domingo lo tengo preparado... after you, who?...