Por menos de 20 euros... quién puede dar más
Don Manuel Flores, mi profesor de 5º de E.G.B. en el Alfonso X, nos enseñaba todas las asignaturas, de religión a matemáticas. Sin embargo, siempre lo recuerdo como el mejor profesor de lengua que he tenido.
El tiempo no ha conseguido borrar de mi memoria aquella clase magistral, en la que nos habló del uso que hacíamos en esta santa tierra Baetica del nuestro idioma castellano... que por aquel entonces no era español...
Recuerdo perfectamente mi situación en la clase, al fondo y a la derecha; el color de las bancas, amarillo Moliere, qué suerte la mía; mi compañero de clase, Oscar la máquina; la mesa de Don Manuel, en la otra punta...
Aquella fue una exposición coherente, ilustrada, y sin esa subjetividad exaltada propia del que pregona las virtudes de aquello que ama (ese peaso pregonero)... Nos hablaba de una lengua viva, ingeniosa, creativa, caprichosa y muy exigente con la gramática pero respetuosa con ella...
ciertamente con muchas imperfecciones en su habla, pero...
acaso ahí pudiera estar esa cadena de montaje, esa trituradora parda que, por ejemplo, ha hecho del castellano medieval del “Cantar de mio Cid” lo que hoy habla Losantos... ni debajolagua se calla la mamona...
Anteayer tuve un día malísimo... y no pude sino concederme un exceso de sibaritismo de a veinte euros. Así que me compré el “Diccionario del habla sevillana” de Manuel González Salas, que acaba de publicar Almuzara...
El tiempo no ha conseguido borrar de mi memoria aquella clase magistral, en la que nos habló del uso que hacíamos en esta santa tierra Baetica del nuestro idioma castellano... que por aquel entonces no era español...
Recuerdo perfectamente mi situación en la clase, al fondo y a la derecha; el color de las bancas, amarillo Moliere, qué suerte la mía; mi compañero de clase, Oscar la máquina; la mesa de Don Manuel, en la otra punta...
Aquella fue una exposición coherente, ilustrada, y sin esa subjetividad exaltada propia del que pregona las virtudes de aquello que ama (ese peaso pregonero)... Nos hablaba de una lengua viva, ingeniosa, creativa, caprichosa y muy exigente con la gramática pero respetuosa con ella...
ciertamente con muchas imperfecciones en su habla, pero...
acaso ahí pudiera estar esa cadena de montaje, esa trituradora parda que, por ejemplo, ha hecho del castellano medieval del “Cantar de mio Cid” lo que hoy habla Losantos... ni debajolagua se calla la mamona...
Anteayer tuve un día malísimo... y no pude sino concederme un exceso de sibaritismo de a veinte euros. Así que me compré el “Diccionario del habla sevillana” de Manuel González Salas, que acaba de publicar Almuzara...
y en el kiosco, con la vuelta, el Don Balón porque salía la Merva en la portada con los cuatro deditos. Me enteré por el ABC.
Reconozco que me he tenido que reír, no sólo de lo buenos que somos, sino, sobre todo, de cómo nos lo cuenta el autor. Un largo y magnífico trabajo de recopilación que se nos ofrece con toda generosidad para que lo disfrutemos. Sirvan algunos ejemplos.
De la mejor ranciedumbre...
Abuja*. Aguja. “las del ojo dorao”, las que de antiguo han preferido siempre las señoras para la costura porque, según ellas, eran las mejores con diferencia. Por lo mismo, se dice de toda obra bien terminada “que ha quedado de la aguja”, o sea, magníficamente.
De entrañable recuerdo...
Dios. ... “por Amor de Dios, no; por Trajano”. Se trata de dos calles céntricas de Sevilla, paralelas entre sí, cuyos nombres se prestan a tan inocente juego de palabras: “¿cómo se le ocurre eso, por amor de Dios? Por amor de Dios, no, por Trajano.” ...
De gracia verdadera...
Gran puta. Cabeza invisible del putaísmo cuya indignidad se confiere sólo a título de hijos de ella. (ver “puta”)
Y de una actualidad sorprendente...
Mariconcete. No tiene la intencionalidad que parece; está muy rebajada, mucho más hoy día por aquello del orgullo gay.
Reconozco que me he tenido que reír, no sólo de lo buenos que somos, sino, sobre todo, de cómo nos lo cuenta el autor. Un largo y magnífico trabajo de recopilación que se nos ofrece con toda generosidad para que lo disfrutemos. Sirvan algunos ejemplos.
De la mejor ranciedumbre...
Abuja*. Aguja. “las del ojo dorao”, las que de antiguo han preferido siempre las señoras para la costura porque, según ellas, eran las mejores con diferencia. Por lo mismo, se dice de toda obra bien terminada “que ha quedado de la aguja”, o sea, magníficamente.
De entrañable recuerdo...
Dios. ... “por Amor de Dios, no; por Trajano”. Se trata de dos calles céntricas de Sevilla, paralelas entre sí, cuyos nombres se prestan a tan inocente juego de palabras: “¿cómo se le ocurre eso, por amor de Dios? Por amor de Dios, no, por Trajano.” ...
De gracia verdadera...
Gran puta. Cabeza invisible del putaísmo cuya indignidad se confiere sólo a título de hijos de ella. (ver “puta”)
Y de una actualidad sorprendente...
Mariconcete. No tiene la intencionalidad que parece; está muy rebajada, mucho más hoy día por aquello del orgullo gay.
Por último...
Sevilla. Híspalis, por parte de Roma, "la tierra de María Santísima", por parte nuestra... entenderla es la cuestión.
18 comentarios:
Pues me parece que voy a comprarme ese diccionario querido Eres mi cruz, tus recomendaciones no suelen ser malas. El Don Balón lo dejaré para otro mes menos 'colorao'.
Un abrazo.
Tuve una profesora que decía que el castellano evoluciona hacia lo manda el andaluz, que somos algo así como los adelantados de la Lengua Castellana o el banco de pruebas para la misma; el hecho omitir las d finales de los participios, por ejemplo, es algo comenzado desde el andaluz y que poco a poco se va imponiendo en el habla; quizás debo a esto a que somos la comunidad autónoma más grande, no lo sé
Yo también tuve profesores que repetían ese adagio del andaluz como evolución del español.
Con el tiempo he pensado que eso es una chorrada más de la época de los sesenta-setenta. ¿Cómo van a saber la evolución de algo vivo como el idioma?. Ahora bien, también podría ser que se refiriesen a la evolución del ente español, es decir del homo hispanicus hacia el hombre de Andalucía, el único ser que nace con una foto de Chaves y una subvención.
Tormenta de ideas de un jueves pre-jornada intensiva....
"Creo que para enriquecer el idioma, mejor que ir a pescar en viejos librotes de antiguos escritores, vocablos hoy muertos, es sacar de las entrañas del idioma mismo, del habla popular, voces y giros que en ellas viven, tanto más cuanto de ordinario los más de los arcaísmos perduran como provincialismos hoy"
Miguel de Unamuno
San Isidoro... no meta a Chavetón en ésto hombre. Nacer en Andalucía es la mayor gloria que se concede ahí arriba.
Además... a los que contribuímos a la heredad del Señor con la aljaba llena de mancebas saetas, nos vienen der carajo las cajas que manda Don Manuel cargada de chupes y biberones... aunque traigan su foto.
Y vuelva a ver ese vídeo del Bernabeu y las banderas que aparecen tras Kanouté cuando ofrece su gol a la grada...
¡Ochhh!, ¡¡¡qué bonito!!!
Prefiero el diccionario, pero el de la Real Academia de Cipriano Telera.
Hombre mujé...
una cosa no quita la otra...
Hace bastantes años la Universidad sacó algo parecido para los estudiantes extranjeros que venían a Sevilla.
Y también recuerdo el "Diccionario Agropop" o algo así de Pepe Begines. Con él aprendí otro significado de "Carlito".
Carlito - Eucalipto. Un poné: "He dejado el lanrove a la sombra de los carlitos".
Ah, se me olvidadaba. Por ahí guardo un Don Balón de cuando Rincón fue pichichi... no hace años, ni ná.
Yo no tenía ni idea de que todavía existiera el Don Balón pero con la polémica de Enrique Múgica y el trato en las aulas... ¡coño!
nosotros llamábamos de usted hasta al balón...
COMO DEBE SER
Pero Maese... sin desmerecer a Pepe y sus chanclas...
este libro que me he comprado es otra cosa...
Sólo le digo que cuando leí en el prólogo del autor, eso de que aquí negamos asintiendo, dije...
¡este es el mío, falserío!...
y me lo compré.
Por supuesto que no es comparable este libro con el de Pepe Begines, pero me vino a la memoria.
Se lo regalamos a un amigo francés que vino a trabajar a la Expo porque el cabrón aprendió a hablar como un sevillano, con todas las expresiones y los giros. Con decirte que una vez se puso a hablar en francés y una chica le dijo que para ser sevillano tenía un acento francés muy bueno.
Lo más gracioso es que cuando volvió a Francia y siguió con sus estudios suspendió la asignatura de español.
Coincido con el amigo finidiblanco. Recuerdo cómo en mi colegio (el Claret), ya nos comentaban que el dialecto andaluz iba siempre por delante del español (y nos lo decían antes de morir Franco). Además, es algo lógico, es simplemente cuestión de economía del lenguaje.
En la definición de "abuja" también habría que meter esas que venden en San Buenaventura con su "mijita" de ternera dentro.
Saludos.
¡Calle Calleferia pordió!
que tengo Ochoa a un paso de mi casa...
que cada vez que me compro una abujita ternera me llevo medio kilo de güevos con bechamé...
y un pionono.
Por mi casa rueda una glosa del habla sanluqueña (de Barrameda) escrita por un "pescaero" del pueblo más bonito del mundo, que es "pa echarle de comé aparte". Ya te contaré
Me ha hecho usted el honor de colocar estas sabias recomendaciones sobre el lugar donde colocó "La Historia de Sevilla" ¿Bordado oriental? ¿Más cercano? ¿Damasco con hojilla de plata? ¿Un tapete de un rincón de casa?
Supongo que la palmera de Ochoa se la habrá comido ya...
Querido Rascaviejas, el amigo Eres_mi_cruz, acostumbrado a estos ademanes sibaritas, posee una superficie reservada para tales menesteres...
Me da a mí que la palmera de Ochoa ha desaparecido ya.
Un abrazo.
El mío, mi profesor de 5º, se llama Miguel Ballesteros. Hace unas semanas estuve tomándome unos espetos y unas cañas con él, que veranea todos los años aquí, donde vivo ahora. Es curioso que hablamos de lo mismo que tú. ¡No de los sevillanos, por dios!, sino de lo nuestro, de nosotros, de lo que tú hablas. Y también nos reímos porque lo auténtico es como mi caña preferida, la caña Cruzcampo.
Bueno Rascaviejas, yo hubiera preferido ar negro de San Gonzalo para sostener su libro...
pero qué va... no me lo prestaron.
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