09 octubre 2008

Ochoa killers

Dios es uno y trino, éso está asegurado.
Sosegada así pues el alma y cobrada la conciencia de nuestra discreta y humana posición... salen de la parroquia de Los Remedios, cogidas del brazo, las señoras de dos en dos... entre el revuelo coordinado de las gitanas que esperan recibir puntualmente su jornal de cada día...

Incumplidos por amor de Dios los designios de la Iglesia, dada la limosna fuera de los muros de la casa del Señor... suben cual vecinas todas de la misma finca por la c/ Juan Ramón Jiménez... y como convocadas por el mismísimo demonio... entran en Ochoa...           
con el meñique eligen una a una las víctimas para su aquelarre...

Sosegada aun el alma, el sacrificio es controlado a modo de canapeses...
petisú de queso, petisú de salmón, petisú o mejor... dátil de fuagrás...
roulet de huevo hilado, Luis XV, media noche, barquita de Aranjuez...
agujita de carne, aguita de salmón, agujita, agujita... agujita del vudú...
ju ju ju ju ju ju... ji ji ji ji ji ji... je je je je je je...

¡¡¡Juaaaaaaaaaah jaaah jaaah jaaah!!!... ¡el macho cabrío se manifiesta!...
la posesión es total... y es a modo de especialidades...
pata de cerdo al horno, salmón ahumado, solomillo Wellingtón, pavo relleno, timbal de langostinos, pata de cordero... aparte la guarnición...
Perdida la mesura, obscena orgía a modo de empanados...
pechugas grandes, pechugas pequeñas, pechugas rellenas, manolitos, manolitas, tortilla chica, tortilla grande, huevos rellenos...

Y al final... bollería fina... pastelería selecta...
petit-fours surtidos, trufas, frivolidades, bombones y por supuesto...
PASTAS DE THÉ... por éstas y otras razones...

Amo esta ciudad...

9 comentarios:

Antonio dijo...

Lo has clavao.

Antonio

eres_mi_cruz dijo...

tonight I had a dream, callejón...
Soñé que era...
un tiburón acecino...
un natural born killer de los buenos...

merodeaba por el aparcamiento subterráneo de Virgen de Luján y de repente...
olí a parmera de güevo...

subí parriba a contrapicao como el del cartel de la famosa película, llevándome por delante lo que me salía al paso...
y acabé saliendo a la superficie justo por el expositor del despacho de pasteles de Ochoa...

eres_mu_chuchón, siempre me ha dicho mi madre... por favor...
¿algún psicólogo que me lo explique?.

La gata Roma dijo...

Bueno, pues si andamos en estas lo diré… ¡odio el huevo hilado! Es que me parece una cosa muy absurda..
Y sobre lo de su madre, no sé, pero no se atreva a contradecirla, las madres lo saben todo… La mía es una gran defensora del huevo hilado, vaya Navidad me espera…

Kisses miles

Irene Adler dijo...

Chuchón es tragón,comilón.
Creo que es una palbra sudamericana.
(Lo se, por que cuando estuve en Roma, en un restaurante argentino que fuimos con Guti, el camarero dijo"señoritas,espero que sean chuchonas por que esto no se deja",refiriéndose al os bifes.
Le pregunte a Guti, por que yo lo de "chuchona",jajajaja, lo interpreté mal...., y él me lo explicó).
Besos.

del porvenir dijo...

Se nota que has sido niño de Los Remedios, si uno no se ha criado al lado de Nova Roma, Ocho y Confitería Asunción no hay manera de saberse el glosario pastelero (de lo durse y lo salao)que Vd. maneja, admirado me deja.
Yo me quedo en las palmeras los petisús y "ese de chocolate de ahí, ese no el otro" (dígase señalando con el dedo índice, que no con el meñique de uñita larga)

el aguaó dijo...

Amo el petisú... debo reconocerlo (y a esta ciudad, claro está), pero amo el petisú (que no petisuí)... sobre todo la crema amarilla de su interior.

Se me hace la boca agua y no es figurado.

Y hágale caso voacé a nuestra querida Gata, que las madres siempre llevan razón...

- Llévate la chaqueta que va a hacer frío
- No hace frío mamá
. Incluso nieva si hace falta... y tó pa' que cuando llegues a tu casa te diga:

- Te lo dije...

Las madres siempre llevan razón... y la crema amarilla del petisú está de muerte...

Reyes dijo...

Yo me tiro en plancha al escaparate.
Su relato, y su descripción, como siempre, magistrales.

Rascaviejas dijo...

- ¡Cuánta sevillanía! -pensó para sus adentros.
- ¡Qué gran tarde!
Larga y sevillanísima cola, perdón, fila, para poder comprar exquisiteces. Lo etéreo y lo profano. Un par de cajas debidamente envueltas con lacito de primores conventuales. Salía de la exposición de dulces y se encaminaba hacia su otra devoción. Más mundana. Dual como la ciudad. Unas veces dulce, las más de las veces amarga. Por la calle Oriente, sí Oriente, lo vieron andar de forma parsimoniosa, con una caja de madera en una mano y con perfecta pinza, no exenta de atildamiento, sosteniendo un paquetito en la otra. Alardeaba de sevillanía. En días como aquel era capaz de recordar incluso viejas normativas: “Siendo las conservas y confituras regalos de enfermos y para personas ricas, convenía que la dicha obra fuese buena, y que fueses y se hiciese con buenos azúcares y no echando otras mezclas...”. Ordenanzas antiguas sobre el dulce. ¡Cuánta sevillanía! Dulces para ir al fútbol...
Una cajita y una bolsa asida con perfecta pinza subían por el graderío. A su portador le dio por pensar. Sería el aburrimiento. Mezcla de sensaciones. Adriá en el fondo norte...
“RANKING FUTBOLERO DEL DULCE SEVILLANO:
A LA GLORIA: Yemas de San Leandro, tocino de cielo de Santa Paula, gallina en leche y bienmesabe de Madre de Dios y las torrijas de las extintas Gordas (entiéndase Las Estepeñas, perfectas protagonistas de Hansel y Gretel...).
ZONA UEFA: Almendrado de chocolate y cordiales de Madre de Dios; el dulce alemán de Santa Ana, el bizcocho cisterciense de San Clemente, los pestiños de Santa Inés y los bollitos de Santa Inés.
OTRO AÑO IGUÁ: Las pastas para diabéticas de San Clemente, el petisú revenío de la confitería del barrio, el cortadillo sequerón de San Martín de Porres y la garrapiñá de la primera fila del puesto de la calle Laraña (de oferta por ser del día anterior).
DESCENSO AUTOMÁTICO: Las tartas con dibujitos, especialmente los futboleros (si eran con rayitas verdiblancas peor), la fruta escarchada (¿le gusta a alguien?), el turrón de la feria (con más kilómetros que la mochila de Labordeta) y el mantecado de limón, auténtico y solitario farolillo rojo de cualquier caja que se precie.
MENCIÓN RANCIA: Si había un objeto rancio en Sevilla era la caja de yemas de San Leandro, con sus panelitos y la etiqueta de las agustinas...”.
Había una en sus manos. En la otra, una perfecta pinza que parecía estar motivada en la mancha de algún acto inconfesable. Una jornada dual. Dulces en tarde, nuevamente, amarga.
Se creyó importante... ¡Cuánta sevillanía...!


(Adelanto de cualquier página del almanaque de Sevilla, próximamente en papel.
A falserío, con cariño)

Anónimo dijo...

Animalario clavado, sí señor. En cada grupetto de señoras peinadas por el mismísimo Montañés es interesante ver también "il tempo d'il bocatto". Sin perder el hilo de la conversación se vigilan unas a otras a ver si terminan un segundo antes para echar mano de lo sobrante ("ese chiquetito va ser pamí").
A mí me gusta más la pastelería y el señorío de periferia: palmeras de chocolate casi sin chocolate, cuñas con crema seca, carquiñones, xuxos caseros, carmelitas y palmeras de huevo tiesas como el ajoporro.
Se nota que soy de barriobajo.