
El Savoy es al bizcocho de soletilla convencional
la divina proporción... sus 17 centímetros son en relación a los 10 y medio de las marcas comerciales... exactamente la razón áurea...
es así pues medida
armónicamente incontestable.
A diferencia de su pariente pobre que nunca actúa solo sino en compañía de otros... el Savoy constituye dosis diaria exacta y satisfactoria para desayuno o merienda... si bien es cierto que... y siempre en ausencia de tu mujer... más de uno cae fijo.
Pero la característica que hace al Savoy único en su especie es su isotropía... su carencia de envés... la falta de esa antiestética cara plana con agujeros... podríamos decir que cuando mojamos dos vulgares soletillas juntas... inconscientemente estamos inventando el Savoy.
Para los que aman esta ciudad, para los impertérritos paseantes que buscan y rebuscan... es posible que
Manuel Jesús Roldán no pensara en estas cosas... que sólo sea un fruto coherente con su exquisito gusto para las bufandas, pero... su
“Almanaque de Sevilla”... Editorial Jirones de azul... 281 x 187 milímetros... 390 páginas
verso recto empezando por el principio y 390
recto verso empezando por el final...
consigue totalmente el efecto Savoy.