20 julio 2006

Una pavía a tiempo (II)

HÉRCULES: ¡Momento fatá de los fatases! Robles por juguetería Cuevas viniendo y el de arriba por la escalera bajando... ¡conjunción! ¡hecatombe! ¡algo hay que hacer!
TRAJANO: ¡Una pavía! ¡a Robles! ¡hay que echarle una pavía! Lo paramos una hora, media comiéndola y media glosándola.
H: Don Marco Ulpio... que se dice un pavía, no una pavía... el soldadito y tó eso...
T: Herculito... ¿es una tapa?... es una tapa... ¡pues vaya buscando una pavía!
H: ¡Lo tengo! Mercurito, llame a Mercurito.
T: ¡Claro que sí! ¡Mercurito!... a ver... Agenda... M... Aceptar... Mamá, Marcelo, MarcoAurelio, Merculito, Mesalina... Me pasao... Atrás...
H: (Fingiré no haber oído nada)
T: Sí... Mesalina... qué pasa. Categoría. ¿No se va usted con las de la cabeza cuadrá?
H: Yo no he dicho nada Don Marco Ulpio...
T: Silencio... ¡Mercurito, no digas nada, te necesito urgentemente!
MERCURIO A LA FONTANA: Oi, oi, oi, Traji... canalla... ¿tú te cree que puede entrá así en mi vida, romanaso?
T: No me seas trucha Mercurito que la cosa es grave y muy urgente. Mi vecino está bajando y Robles viene por tu derecha. Me lo paras con un paviaso entre ceja y ceja. ¿Entiendes?

(continuará)

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